La influencia de Harold Hamm, un magnate del petróleo de Oklahoma, se ha hecho evidente en la política energética de Estados Unidos. Su colaboración cercana con el presidente Trump ha sido fundamental para moldear las decisiones en este sector.
Hamm, conocido por su éxito en la industria del petróleo, ha utilizado su posición para abogar por políticas que beneficien a la producción de energía nacional. Esta alianza ha permitido que su voz resuene en la administración, destacando la importancia del petróleo en la economía.